En México, la Cuaresma trae consigo una rica tradición culinaria conocida como las 7 cazuelas, que hacen referencia a los 7 días de la Semana Santa y la visita de los 7 templos, una costumbre arraigada entre los fieles católicos durante el Jueves Santo.
Este ritual gastronómico no solo es una oportunidad para disfrutar de deliciosos platillos, sino que también es una forma de mantener viva una herencia cultural que se transmite de generación en generación.
La Cuaresma, un período de 40 días que comienza con el “Miércoles de ceniza” y culmina el “Jueves Santo”, tiene profundas raíces en la historia y la cultura mexicana.
Este tiempo de reflexión y penitencia recuerda los 40 días que Jesucristo pasó en el desierto, así como otros eventos significativos mencionados en el Antiguo Testamento y la tradición religiosa. Para los antepasados indígenas de México, esta práctica se asociaba con la disciplina, el ayuno y la preparación para enfrentar épocas de escasez y sequía.
La cocina de cuaresma, al igual que el resto de la gastronomía mexicana, refleja un mestizaje de influencias culturales y regionales. Los platillos típicos de las 7 cazuelas varían según la región, pero suelen incluir ingredientes como habas, lentejas, nopales con pipián, filete de pescado, torrejas, capirotada acompañados si así lo desean con agua de cuaresma.
En el centro de México, por ejemplo, es común encontrar una combinación de lentejas, habas, nopales con pipián, filete de pescado, torrejas, capirotada y agua de cuaresma. Mientras tanto, en el norte del país, los ingredientes pueden incluir lentejas, habas, nopales con pipián, filete de pescado, capirotada, huachales o chicales, y cabuches.
En diversas regiones del país, la preparación de las 7 cazuelas se lleva a cabo en grandes cazuelas de barro sobre fogones de leña. Cada platillo debe ser elaborado con cuidado y esmero, siguiendo las indicaciones de las abuelas o jefas de familia, quienes supervisan el proceso con meticulosidad. Esta tradición está especialmente arraigada en la zona del bajío mexicano.
Según la costumbre, los días viernes durante la Cuaresma se mantiene el ayuno, y al mediodía se preparan los 7 platillos distintivos.
Algunas familias optan por consumirlos reunidos en una comida especial el Viernes Santo, mientras que otras prefieren prepararlos de manera gradual, cambiando el sabor de las cazuelas durante los diferentes viernes de cuaresma.
Cada uno de estos platillos tiene su propia historia y preparación única.
Las habas, por ejemplo, se cocinan en sopas espesas o se añaden a caldos de pollo, mientras que los chicales son un guisado reconfortante hecho con granos de maíz y chile colorado. Los nopales se utilizan en una variedad de platos, desde sopas hasta escabeche, y el pipián rojo es un mole prehispánico elaborado con semillas de calabaza.
Así como el agua de cuaresma la cual forma parte de las ‘siete cazuelas’, esta bebida, conocida en varias regiones de Guanajuato como ‘lágrimas de virgen’, tiene sus raíces en los tiempos de la colonia, el día previo al sábado de crucifixión, algunas familias solían erigir altares en honor a la Virgen María. Los devotos que visitaban estos altares para rezar a menudo preguntaban si «la virgen había llorado», una expresión que se interpretó como una solicitud para recibir un poco de esta agua tradicional.
El agua de cuaresma no solo es una deliciosa bebida refrescante que acompaña a estos deliciosos platillos, sino que también lleva consigo una profunda carga cultural y religiosa en símbolo de devoción y tradición arraigada en la historia colonial de México en el contexto de la Cuaresma.
En resumen, las 7 cazuelas de la Cuaresma y el agua de cuaresma representan mucho más que simplemente una serie de platillos o un agua refrescante. Son una expresión de fe, tradición, y mestizaje culinario que nos recuerda la importancia de la penitencia, la reflexión y la comunidad durante este período sagrado en la cultura mexicana.
A través de estas recetas, se celebra la diversidad y la riqueza de la cocina regional de México, así como la continuidad de prácticas ancestrales transmitidas de generación en generación..
Qué interesante artículo, muchas gracias por compartir momentos de cultura y elementos para una cocina saludable, deliciosa y con sentido. Saludos
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